Ojos que Hipnotizan
Lo que más me gusta de Anubis, mi gato, son sus ojos; encierran todo un misterio. Muchas veces me he quedado perdida en su mirada, como hipnotizada. Es como si me transportara a otro mundo, lleno de magia, misterio y profundidad. Por algo los egipcios lo nombraban mau, que significa ver, y dibujaban con el mismo símbolo al gato y a la visión.
Anubis es increíble, un día que estábamos en casa de los abuelos, a eso de las nueve de la noche, mi abuela empezó a gritar, ¡un ratón!, ¡un ratón! Todos salimos al patio, pero no vimos nada. Excepto mi Anubis, que al cabo de unos minutos tenía en su boca al travieso ratón. Todos quedamos impresionados, en especial porque no comprendíamos cómo en la noche podía llegar a cazar. Entonces me puse a la tarea de averiguar cómo lo hacía y descubrí cosas muy interesantes.
Los ojos de los gatos son muy parecidos a los de nosotros, sin embargo, ellos poseen un estrato celular especial en la parte posterior de los ojos, que se denomina tapetum lucidum (alfombra brillante, en latín), haciendo que aumente entre 30 y 50 veces el rastro de luz; además que poseen más bastoncillos (células muy sensibles a la luz) que los humanos, permitiendo que en la penumbra los gatos puedan captar hasta la mínima cantidad de luz por lo que su visión nocturna es increíble y sus ojos se observan tan brillantes al reflejar la luz en la noche.
Aunque el gato ve mal de cerca, su visión a distancia es extraordinaria (de 2 a 6 metros) tanto en el día como en la noche; sólo necesita una diferencia de luminosidad y el menor movimiento de su presa para detectar su presencia.
Otra característica interesante es su visión binocular, esto quiere decir que parte del campo de visión de un ojo es cubierto por el otro haciendo que sea una visión en tres dimensiones, indispensable para todo animal cazador, permitiéndole calcular la distancia, la profundidad y el tamaño de su presa. Debido a que el ángulo entre los ojos es de 10 a 15 grados, su campo de visión es binocular y puede alcanzar una vista panorámica entre 250 y 280 grados.
Sin embargo no todo es perfecto, los gatos carecen de conos suficientes (foto receptores de la luz) capaces de percibir los colores por lo que no distinguen matices, sólo el color azul, el verde y posiblemente, el rojo.
En realidad los ojos de los gatos son increíbles y más allá de sus habilidades visuales, siempre nos impactarán esas miradas que atraviesan el alma.
M.V.Z. Ibeth M. Gaitán Tolosa
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