Modelo Educativo Humanista y la Ética del Educador

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El siglo XXI exige una formación integral para vigilar cada uno de los aspectos que le dan la característica al ser humano de bonhomía. Por tal motivo todos los actores involucrados en el quehacer educativo debemos revisar los valores y el código de ética que rige nuestra labor.

El “Colegio Erasmo de Rotterdam” se destaca por su compromiso en la formación de las nuevas generaciones. La deontología pedagógica advierte la necesidad inminente de que el maestro desempeñe su papel como guía, orientador y proveedor de las bases éticas para construir un puente hacia el terreno de la convivencia armónica.

Baltasar Gracián decía: “El arte: la recta razón en el hacer, y la prudencia: la recta razón en el actuar, se conjugan en la vida humana de modo maravilloso. Cuando se actúa rectamente el hombre se hace, se construye. Es necesario cultivarse, forjar el carácter, pulirse, limar asperezas, para procurar “hacer de la vida una obra de arte”. Son indispensables, además, la fortaleza y el valor: La vida del hombre es milicia contra la malicia del hombre”.

La vocación de ser maestro, un privilegio. La de ser alumno, una oportunidad. La de ser padres, una gran responsabilidad. Nacimos hombres; el reto es hacernos humanos. Ser auténticas personas, mejores seres humanos y lograr lo conducente en nuestros educandos.

El modelo educativo Rotterdam se denomina “DEI”: Desarrollo Estratégico de la Identidad “CER”; es de carácter sistémico, ya que interactúan elementos, actores y factores con un común denominador: La Pedagogía del Amor.

Modelo Académico “AMAME”

Alumnos comprometidos

Maestros profesionales

Aprendizajes significativos

Métodos innovadores

Evaluación continua a 360º

Modelo de Disciplina con Dignidad

Educar con AMOR sin faltar al RIGOR.

Modelo de Gestión “AMOR”

Ambiente de aprendizaje

Materiales pertinentes

Orden como norma

Recursos de vanguardia