LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS

La Convención sobre los Derechos del Niños (CDN) adoptada de forma unánime por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1989, es el primer instrumento internacional que establece que todas las niñas, niños y adolescentes, sin ninguna excepción, tienen derechos y que su cumplimiento es obligatorio para todos los países que la han firmado, incluido México, que la ratificó en septiembre de 1990.  Con la CDN, los niños y niñas dejan de ser simples beneficiarios de los servicios y de la protección del Estado, pasando a ser concebidos como sujetos de derecho. Al firmar la CDN, los países asumieron el compromiso de cumplir cabalmente con sus disposiciones, adecuar sus leyes a estos principios, colocar a la infancia en el centro de sus agendas a través del desarrollo de políticas públicas y a destinar el mayor número de recursos posibles para la niñez y la adolescencia. (www.unicef.org/mexico).

Sin embargo, fue desde 1959 que se da a conocer la Declaración de los Derechos de los Niños, documento avalado también por la ONU. En esta Declaración se “proclama que todos los niños puedan tener una infancia feliz y gozar, en su propio bien y en el bien de la sociedad, de los derechos y libertades que en ella se enuncian, e insta a los padres, a los hombres y a mujeres individualmente y a las organizaciones particulares, autoridades locales y gobiernos nacionales a que reconozcan esos derechos y luchen por su observancia con medidas legislativas y de otra índole adoptadas progresivamente…” (Declaración de los Derechos de los Niños, ONU, 1959)

En México, la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 29 de mayo de 2000, hace mención de trece capítulos en donde se establecen los derechos que todo menor mexicano debe tener:

DERECHO

  1. De Prioridad
  2. A la vida
  3. A la no Discriminación
  4. A Vivir en Condiciones de bienestar y a un Sano Desarrollo Psicofísico
  5. A ser Protegido en su Integridad, en su Libertad, y contra el Maltrato y el Abuso Sexual
  6. A la Identidad
  7. A Vivir en Familia
  8. A la Salud
  9. Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes con Discapacidad
  10.  A la Educación
  11.  Al Descanso y al Juego
  12.  A la Libertad de Pensamiento y al Derecho a una Cultura Propia
  13.  A Participar

Los adultos no deberíamos olvidar ninguno de los derechos de los niños. El hecho de que un pequeño sea miembro de una familia, no significa que todos sus derechos estén cubiertos al cien porciento.

Cuántas veces nos hemos dado cuenta de que dentro del seno familiar se viven experiencias poco placenteras, violencia (física o psicológica), falta de atención, entre otras. Y muchas veces, los padres o las personas que viven con los pequeños, pueden hacer que esas situaciones cambien.

Somos nosotros, como adultos, los que debemos tomar conciencia de que todas nuestras acciones tienen una consecuencia positiva o negativa sobre los pequeños. Por eso, es muy importante que trabajemos en nuestras actitudes y nuestro proceder. Mantener una buena comunicación con los pequeños, jugar con ellos, escucharlos, nos ayudará a conocer sus necesidades, sus sentimientos y emociones y, de esta forma, poder establecer vínculos estrechos que los fortalezcan en su desarrollo.

¿Qué hacemos nosotros, adultos, padres de familia o miembros de una comunidad, para que nuestros pequeños realmente vivan sus derechos?

Lo que sembramos, cosecharemos.

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