Los 4 pasos para tener una FAMILIA FELIZ

Los padres pueden ayudar a favorecer el desarrollo de las habilidades emocionales de los niños desde el primer día.

Algunos de los comportamientos que se deben reforzar son los siguientes.

  1. Fomentar el amor. La familia es el ejemplo de lo que el niño vivencia en el hogar. El modelo ofrecido por los miembros de la familia impacta cognitiva y emocionalmente en los más pequeños.  El comportamiento conductual observado en los seres queridos cercanos y significativos tiende a imitarse. Así, el optimismo o pesimismo, la manera de relacionarse, el tono vital básico, etc., dependen en gran medida del aprendizaje empírico acontecido en el hogar durante la infancia, lo que nos permite hablar del ‘sello de familia’ para referirnos a una marca ambiental y genética.
  2. La actitud cordial. El clima familiar favorecedor de inteligencia afectiva influye por la cordialidad, es decir, por la comprensión empática, el respeto, la confianza, la comunicación, la sinceridad y la cooperación. La cordialidad genera seguridad y favorece la maduración. Esta disposición emocional de los padres hacia sus hijos, presente en las pequeñas acciones cotidianas, fomenta el encuentro, fortalece la vida familiar y estimula la identificación y la expresión de la afectividad, al igual que su adecuada canalización.
  3. La estimulación intelectual. No se trata de recibir sin más gran cantidad de estímulos intelectuales, sino de que éstos sean variados y beneficiosos. A los padres corresponde en gran medida construir un ambiente que despierte el amor a la cultura en sus diversas manifestaciones. Esta siembra familiar, apoyada en la lectura y la práctica de la razón, así como en actividades lúdicas y deportivas, da como resultado en la personalidad del niño inculcar la curiosidad de manera sana, inclinación a explorar el entorno, afición por las letras e interés sociocultural generalizado.
  4. La disciplina. A través de normas razonadas y razonables el hijo adquiere y refuerza conductas de elevado valor para la convivencia. Una disciplina con respeto y amor siempre nos dará como resultado niños que aprendan a respetar a todas las personas con las que se relacionen, no importa el modelo de disciplina que desees como padre ejercer, lo importante es que el niño sepa que todas las relaciones que tenga en su vida se pueden mantener con acuerdos y que si no son respetados tendrán consecuencias.

Tania López  Ramírez

Licenciada en terapia ocupacional .

Especialista en  terapia infantil.

Correo: intitutocea8@gmail.com
Cel: 5539772353

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