La fuerza de la autoestima
Cuando vemos adultos realizados, fuertes, exitosos, capaces de luchar por alcanzar sus sueños, que se caen y se levantan de inmediato y son respetados y admirados por los demás, muchos suelen comentar: «¡qué suerte tienen!», «seguramente tuvieron todo», «no han tenido los problemas que yo sí he tenido que enfrentar» y un sinfín de cosas más.
Sin embargo, pocos se detienen a pensar en el común denominador de todos ellos: una alta autoestima.Son personas que han llorado como cualquier otro, que han enfrentado problemas y golpes de la vida, pero que se quieren a sí mismas, que se conocen y se aceptan con defectos y virtudes, que tienen una imagen positiva de sí mismas, que no temen al trabajo y que, sobre todo, saben perdonar y perdonarse cuando se equivocan y que saben que el éxito no consiste en tener fama o fortuna sino que llega cuando se alcanza la realización personal, cuando después de un gran esfuerzo se alcanza la meta fijada, cuando a base de creer en uno mismo se logra lo que muchos creían imposible.
Una autoestima alta viene de una auto imagen positiva y ésta, a su vez, se forma con lo que un niño percibe como la imagen que sus padres tienen de él.
Buscar en un niño la perfección que a nosotros mismos se nos extravió, usar la crítica (disfrazada de constructiva) en lugar del cuestionamiento productivo y tratar de que un niño cumpla los anhelos de un padre, alejándolo de los propios, son factores que hacen que su propia imagen se vaya diluyendo y, con ella, su autoestima.
Creer en un niño es respetar su individualidad, aceptar su personalidad y la fuerza de su espíritu para que él construya una auto imagen positiva que lo lleve a tener una alta autoestima, que será la escalera hacia su realización personal.
Por Mary Carmen Cabrera
Directora de BusinessKids
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