LA FELICIDAD EN FAMILIA…
La familia es el núcleo social más básico e importante de nuestra sociedad, el lugar donde aprendemos a conocernos a nosotros mismos y a interactuar con los demás, conocemos la importancia de los límites, adquirimos hábitos y desarrollamos los primeros lazos afectivos.
Es la materia prima y semillero de una experiencia personal enriquecedora que resulta en individuos sanos, funcionales y felices. Pero, ¿es posible formar la familia perfecta?
Es importante señalar que una familia sana y feliz no es aquella en la que nunca ocurren roces o desacuerdos, si no en la que a través del diálogo y la comprensión se logran superar los problemas teniendo en mente que una familia sana requiere del esfuerzo diario de cada uno de sus integrantes.
Muchos terapeutas concuerdan en que así como existen algunos puntos que son indispensables para lograr un núcleo familiar fuerte y saludable, de igual forma actos o pensamientos “tóxicos” pueden dar lugar a familias disfuncionales en las que los individuos que las integran experimentan bajos niveles de autoestima, rencor o tristeza.
Existen diferentes tipos de familias: la más básica formada por la madre, el padre y su descendencia conocida como familia nuclear, hasta la formada por parientes que no tienen lazos consanguíneos o están relacionados políticamente llamada familia extensa. Sin importar su cantidad de integrantes o su relación la convivencia familiar positiva invita a “ponerse en los zapatos de el otro” al tener en cuenta que todos tenemos intereses y necesidades diferentes y que en ocasiones nos es difícil comprender las de los demás. De igual forma es importante hacer saber tu opinión siempre de una forma educada y sin llegar a ser impositivo.
A continuación sugerimos algunos consejos que pueden ayudarte a crear nuevos o mejores lazos con los miembros de tu familia: Pasar tiempo de calidad en familia; Reconocer nuestros errores y los de los demás; Expresar los sentimientos y comprender los de los demás.
Cuando existen elementos como el interés y la compresión en la familia, todos los integrantes podrán crecer y desarrollarse sanamente, tanto en lo físico como en lo emocional. Esto se verá reflejado en adultos productivos, con buena autoestima, seguros y exitosos que probablemente formarán a su vez individuos y familias felices.
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