La Dislexia

Una de las principales bases dentro de la educación es la adquisición de la lectura y la escritura, estos dos procesos permiten que los alumnos en edad escolar comiencen a apropiarse del conocimiento mediante la comprensión y utilización de signos y símbolos, los cuales, poco a poco tomarán forma y permitirán un aprendizaje significativo.

En este proceso, en algunas ocasiones los niños (e incluso las personas en edad adulta) presentan dificultad para adquirir y desarrollar el aprendizaje de la lectura y la escritura, problema al cual se le denomina Dislexia.

La dislexia, según el Comité de Dislexia del Consejo de Salud de los Países Bajos «(…) está presente cuando la automatización de la identificación de palabras (lectura) y/o la escritura de palabras no se desarrolla o se desarrolla de forma muy incompleta o con gran dificultad»[1]. Ésta, considerada también como un Trastorno Específico de la Lectura, suele ser frecuentemente relacionada con el rechazo a la lectura y el bajo rendimiento académico.

Este trastorno, lamentablemente no siempre identificado o confundido, ha sido atribuible a diversas causas entre las que se encuentran aspectos motores, de lateralidad, auditivos, visuales, pedagógicos, didácticos, lingüísticos, emocionales, etc.; sin embargo; aún existe un gran debate sobre su etiología:

  • Algunos autores indican que la dislexia tiene bases genéticas afirmando que ésta es un trastorno hereditario; además de tener mayor incidencia en el sexo masculino (aspecto que es cuestionable, pues según cifras el número de niños y niñas disléxicos es casi igual).
  • Otros investigadores, mencionan que sus bases son neurológicas, haciendo alusión a la actividad cerebral que se lleva a cabo durante la actividad lectora.
  • Por último, encontramos los investigadores que parten de las bases cognitivas, aludiendo a los trastornos del desarrollo y mencionando que los mecanismos cognitivos que se deben tomar en cuenta para la dislexia son los procesos perceptivos (especialmente los visuales) y los procesos lingüísticos.[2]

En este sentido, la teoría que tiene mayor resonancia e inclinación es la que afirma que la dislexia tiene como base la lingüística en donde los problemas en el procesamiento fonológico tienen gran influencia en el lenguaje escrito.

Así, se puede decir que las habilidades lingüísticas tienen gran asociación con el lenguaje escrito, específicamente en la codificación, el orden, las secuencias, la memoria a corto plazo, etc.

Sin embargo, aún en la actualidad, existen dificultades para identificar y dilucidar las características específicas de la dislexia, en muchas ocasiones, se suele adjudicar este trastorno a dificultades escolares que, si bien pueden parecer signos de alerta a este respecto, es necesario que sean evaluados para determinar el sí o no de su presencia.

Para ello es necesario identificar algunas de las principales características de la dislexia y poder identificar algunos síntomas.

Así pues, es recomendable que en edades tempranas (etapa preescolar) de los niños, estar atentos ante la presencia de las siguientes cuestiones:

  • Conocer los antecedentes con respecto a la presencia de la dislexia en la familia.
  • Retraso en el lenguaje.
  • Dificultad para reconocer su ubicación espacio- temporal y de lateralidad (confunde arriba, abajo, izquierda, derecha, antes, después, atrás, adelante, etc.).
  • Complicaciones para aprender nombres o sonidos de las letras.
  • Problemas para amarrar las agujetas de sus zapatos.
  • Incapacidad para rimar.
  • Dificultad para identificar colores.
  • Confusión de palabras que tienen una pronunciación similar.
  • Dificultades para expresarse.

Asimismo, según la décima versión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10)[3], algunas de las características de la lectura en las personas con dislexia son:

  • Inversión de palabras, frases o letras dentro de una palabra (ejemplo: el-le, la-al, bar-bra, etc.).
  • Omisión, sustitución, distorsión o adición de palabras o partes de una palabra.
  • Vacilación prolongada al momento de leer un texto.
  • Confusión o pérdida de las líneas del texto al leer.
  • Dificultades para recordar lo que se lee.
  • Problemas en la comprensión lectora.

Además de estas características, se deben tomar en cuenta también:

  • Las dificultades para discriminar los fonemas auditivos.
  • La confusión de letras (ejemplo: p-b-d, las vocales circulares a,o,e).
  • Las caídas constantes y poco equilibrio.
  • Los errores en el ordenamiento de las palabras.
  • Las complicaciones para realizar estructuras gramaticales.
  • Los problemas para separar y acentuar las palabras.
  • La imposibilidad para imitar trazos simples.
  • Las complicaciones para el deletreo de palabras.
  • Los problemas para identificar los días de la semana o los meses.

Así pues, debemos estar muy atentos en los procesos de aprendizaje de la lectura y escritura de los niños, pues por un lado, se pueden pasar desapercibidas las alteraciones en su adquisición, o por otro lado, emitir diagnósticos de dislexia sin bases específicas, lo cual puede traer consecuencias para el desarrollo cognitivo, académico, social y emocional de los alumnos. Por ello, es necesario tener en cuenta estas características para que, ante cualquier indicio de este trastorno, éste sea identificado de manera más certera y establecer medidas preventivas y/o de tratamiento oportuno puesto que, si bien es cierto que se pueden reconocer manifestaciones previas respecto a la dislexia, lo es también, que deben ser descartadas o reafirmadas por un especialista.

SUSCRÍBETE A NUESTRO BOLETÍN

KIDS EMOTION
Una Revista muy Padre