El emprendimiento infantil no es un juego.

Por Mary Carmen Cabrera

Directora de BusinessKids

El juego es parte de la vida diaria de todo niño. A través de éste el niño se vincula con el mundo, aprende a socializar, a competir sanamente, a tolerar la frustración, a medir sus capacidades y a esforzarse para lograr un objetivo.

A través del juego, los niños aprenden a seguir normas y experimentan la sensación de logro, pero lo más importante es que el juego les permite ser ellos mismos, al jugar no fingen ni aparentan, se conectan con el momento con toda la naturalidad y frescura que los caracteriza. Todo esto hace que el juego sea ideal para que un niño aprenda a emprender.

Pero ¡ojo!, así como el emprendimiento infantil se enseña mediante el juego, ¡NO ES UN JUEGO!

El emprendimiento en los niños eleva su autoestima, los lleva a creer en ellos mismos, a aprender el valor de la libertad y a la autorrealización, pero es importante que el niño sea guiado en este camino por expertos en el tema, tanto en la parte de negocios como en el campo de la psicología y la pedagogía. Cuando no se hace con experiencia y la debida formación, lejos de beneficiar al niño, puede afectarlo. El aprender a emprender en los niños no es igual que en los adultos o en los jóvenes, la adaptación de programas de adultos a niños, por moda o imitación, puede mermar el espíritu emprendedor de un niño en lugar de fortalecerlo, ¡cuidado!

Por otro lado, cuando papá o mamá emprenden junto con el niño, se convierten en su techo, el niño siempre respetará la jerarquía familiar, limitando su potencial al de su padre o madre.

Emprender es una fuerza interior; un niño debe emprender basándose en aquello que más ama, desarrollando él mismo su idea y haciendo realidad su sueño, mientras es guiado por expertos en emprendimiento infantil, así, la experiencia será de las más importantes en su vida.

Permitir que un niño emprenda es sembrar en él la semilla de la libertad.

Jesus Morelos