Ayuda a tus niños a desarrollar hábitos alimenticios de por vida ofreciéndoles peras como parte de una dieta saludable.

Lic. Cecilia García Schinkel, nutrióloga

 Sin duda somos lo que comemos, como dice el dicho. Es verdad, nuestro cuerpo está hecho de los nutrimentos que a diario consumimos así que lo que elegimos comer tiene un gran impacto sobre nuestro desarrollo y crecimiento, particularmente de nuestros niños, y en la salud de todos los integrantes de la familia, tanto a corto como a largo plazo. Especialmente en los niños, que crecen a ritmos acelerados, lo que comen hoy es importantísimo para sostener ese crecimiento y el desarrollo motriz, intelectual y emocional que los lleva a ser adultos independientes.

Más allá de eso, la alimentación de los niños hoy es también un predictor de su alimentación a futuro y es así doblemente importante para predecir su salud y bienestar a futuro. Lo que aprendes a comer de niño, en los primeros 12 años de vida, se convierte en tus gustos más profundos, en tus elecciones y en tus hábitos. Así por ejemplo, un niño que no se acostumbró a beber agua sola o a acompañar sus comidas con verduras o frutas, no tendrá esos gustos ni esas costumbres como adulto. Bien sabemos que modificar un hábito en un adulto es doblemente difícil ya que hay más resistencia e incluso mucho menos permeabilidad cerebral para asumirlo como un cambio profundo, de vida. Así ,la alimentación que hoy fomentamos en nuestros hijos, el tipo de alimentos, su combinación y las cantidades que les servimos, tienen un efecto en su salud y en su desarrollo hoy, y para siempre.

Sabemos que uno de los pilares fundamentales de una dieta correcta es consumir suficientes y abundantes verduras y frutas. Sin embargo, también sabemos que para los niños mexicanos eso hoy no es el caso. En promedio, según la ENSANUT 2012, nuestra encuesta alimentaria y de salud oficial, los niños apenas consumen entre 65 y 90 gramos de verduras y frutas al día de los 400 gramos recomendados. Las frutas y verduras en la dieta han sido desplazadas por alimentos ricos en azúcares añadidos, en grasa y en sodio, y en harinas refinadas. Sabemos hoy que muchas de las enfermedades crónicas que antes afectaban a los adultos, en la actualidad empiezan desde mucho antes, en la infancia tardía, entre los 8 y 12 años; son enfermedades como dislipidemias, diabetes tipo II, hipertensión y obesidad que podemos prevenir con una dieta saludable, completa y equilibrada.

Mejorar el consumo de verduras y frutas es esencial para el desarrollo de nuestros niños hoy y como estrategia de salud, hábito, de por vida. Como es más fácil que a los niños les gusten las frutas por su sabor y textura, hay que empezar por allí, brindándoles todos los días 3 porciones del tamaño de una pelota de tenis o de ¾ de taza de diferentes frutas picadas. Como el desayuno es la comida más importante, nunca dejes de incluir al menos una fruta en el mismo.

En esta temporada destacan por su suculenta apariencia, su textura jugosa y suave y su sabor dulce, delicado y perfumado, las peras de todas variedades. Una pera mediana de cerca de 166 gramos es un alimento denso en nutrimentos que aporta sólo 100 Kcal y es libre de grasas. Normalmente, un alimento denso en nutrimentos aporta vitaminas, minerales y muchas veces también fibra y agua, componentes que nos ayudan a sentirnos más satisfechos y sin hambre, con lo que promueven un peso corporal más saludable. Así son las peras, ricas en vitaminas como la C y el complejo B, en minerales como el potasio o el cobre, y en fibra, agua y azúcares naturales, fuentes de energía.

Las peras aportan cantidades apreciables de vitamina C, fibra y no aportan colesterol. La vitamina C ayuda a los niños a construir músculos más fuertes, arterias, huesos y dientes más resistentes además de que contribuye a la fabricación de colágeno, esencial para el crecimiento y para prevenir y resolver mejor las enfermedades infecciosas.

Hoy, la obesidad es un riesgo real para los niños en México pues uno de cada tres la padece. La fibra y el agua presentes en las peras ayudan a mantener satisfechos a los pequeños, promoviendo así una dieta que permita le control de peso.

La fibra presente en las peras ayuda a tus hijos a mantener una correcta digestión y a prevenir el estreñimiento que es común y agudo en los niños, a los que hace sufrir mucho debido a que sus esfínteres son estrechos; además les ayuda a mantener constantes los niveles de glucosa en sangre, evitando el “hambre-antojo” constante, y a promover un peso corporal más saludable. La fibra ayuda también a prevenir las dislipidemias, alteraciones de los tipos de grasa en sangre; a mantener el colesterol en sangre en niveles adecuados y a prevenir así las enfermedades cardiovasculares.

Como si esto fuera poco, la combinación única entre vitamina C y sustancias fitoquímicas bioactivas de las peras ayudan a prevenir los efectos nocivos del estrés oxidativo y actúan como poderosos antioxidantes, lo que protege a las células y las hace resistentes a las enfermedades bacterianas y a las causadas por virus.

Finalmente, y como lo dijimos la principio, consumir más verduras y frutas, incluyendo más peras, ayuda a los niños a desarrollar sus propios hábitos alimenticios y a cultivar costumbres benéficas que promueven la salud de por vida. Los estudios muestran que los niños que consumen más verduras y frutas en su casa durante los primeros 12 años se convierten en adultos con mejores hábitos que las consumen en mayores cantidades.

Así que si realmente somos lo que comemos, ¿no deberíamos de enseñar a nuestros hijos a elegir los mejores alimentos, aquellos que son densos en nutrimentos y bajos en calorías, como las peras? ¡Claro que sí! Por eso, incluye peras y otras verduras y frutas en cada comida del día.

Web: http://perasusa.com/ 

SUSCRÍBETE A NUESTRO BOLETÍN

KIDS EMOTION
Una Revista muy Padre